diario de clase de Jennifer

Thursday, October 19, 2006


Su sin vivir la ha llevado a pedir a los cuatro vientos que quiere morir y ha hecho de ella una persona resuelta y directa, incluso cuando se presenta ante medio centenar de periodistas para implorar que la dejen marchar. “Ir al grano”, es lo primero que dice. Su nombre es Inmaculada Echevarría, tiene 51 años y lleva 40 dejándose extinguir por una distrofia muscular progresiva que no tiene cura alguna. Esta enfermedad le ha paralizado todo menos la vida, lo que ella desea. Está ingresada en el Hospital de San Rafael, ese del que los granadinos dicen que quien entra no sale en posición vertical.

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